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Familia principal medio de formación y socialización de la persona

Para hablar de familia se debe primero rescatar el valor de la persona, pues la familia existe en función al hombre y éste necesita de la familia para ser plenamente persona (Bottini & Perriaux, 2008).

La vida de la persona empieza en el mismo instante de su concepción, se desarrolla a través del vínculo familiar y la coexistencia entre sus miembros (relación conyugal, paterno-filial y relaciones fraternales).  Una persona que crece en una familia con bases afectivas, humanas, y morales, constituye un valioso recurso para la sociedad y por consiguiente para la construcción de nuevas familias.

Por su naturaleza es un ente relacional, y es la familia la primera instancia que posibilita esta relación, a través de la convivencia familiar y posteriormente el contacto con otros medios de socialización donde la persona alcanza el pleno desarrollo de sus potencialidades y capacidad de aprendizaje.  Es desde el núcleo familiar en donde la persona adquiere su identidad y concibe el verdadero sentido de la vida, amar y sentirse amado.  Es en la familia donde el amor aflora, da unidad, dirección y sentido a la vida, la hace digna, auténtica y libre.

A este respecto Bottini (2008) expone:  

  • Lo que necesita el hombre para ser comprendido y para vivir es el amor.  Se entrega el amor, amando.  Ésta es la forma relacional que puede ser realizada plenamente en la familia y sólo en ella a lo largo del tiempo.  Porque la familia no se construye sino por y para ese amor (p.30).
  • El amor vivido y trasmitido desde la familia es el principal recurso que ésta puede aportar, “Si quieres cambiar el mundo, ve a casa y ama a tu familia”. S.S Teresa de Calcuta.

Es por esta razón, que nada ha podido remplazar a la familia como medio de alcance de plenitud y felicidad de la persona. Por lo tanto, podríamos decir que la familia está en función de la persona y la persona se forma en función a la familia, recursos importantes para la construcción de una sociedad sana. 

Es importante también resaltar el valor social de la familia como principal agente de sociabilidad y educación, su misión formadora capacita a sus miembros desde tempranas edades en el ámbito familiar y posteriormente los inserta en la sociedad.  Nada puede ser más trascendental para la sociedad que el albergar en su seno a familias estables, responsables, formadas desde el amor, con principios y valores que les permitan hacer frente a amenazas sociales que atenten contra la dignidad de la persona humana y por consiguiente de la familia.  Estas familias a su vez serán agentes de acogida, para otras que posiblemente no han tenido la fortuna de contar con elementos importantes a la hora de la conformación familiar, educación de los hijos y apoyo de la sociedad.

Frente a lo expuesto, cabe preguntarnos, ¿Es posible una sociedad sin familias? Por supuesto que no.  La familia es el lugar en donde se genera una alianza entre la persona y la sociedad, la persona necesita de la familia para su pleno desarrollo y la sociedad necesita familias fortalecidas como principal medio social.

El futuro de la familia está en redescubrir su papel único e insustituible como ámbito de formación y socialización de la persona, sin embargo, actualmente se evidencia que la familia poco a poco ha dejado de lado su núcleo, estructura funcional y por consiguiente su ejemplo como medio de referencia en la formación de los hijos.  Ahora se vive una realidad diferente y ante ésta surge la necesidad de rescatar su valor como primera y principal comunidad formadora, que contribuye al pleno desarrollo de la afectividad, personalidad y adaptación del niño a la vida social, y, por ende, a la vida escolar (Calderero, 2014).

Bibliografía:

Autor:Gabriela Jarrín - ILFMA - ORIENTAR