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La familia lugar de encuentro y acogida

La familia como célula básica social se constituye en el centro de la convivencia humana. Es el lugar por excelencia donde se aprende el vivir con los demás en los primeros años de la vida, al tener la experiencia directa de la diversidad en sus miembros: padres, hermanos y familia alargada, abuelos, tíos y demás parentela. El niño/a vive la experiencia de su interactuar familiar para bien y para mal en este medio privilegiado, de aquí la necesidad de que el mundo de relaciones que se abre a sus ojos sea lo más correcto posible. Nos recuerda el Papa Francisco en su exhortación apostólica “Amoris Laetitia”, que es en la familia donde el niño/a debe aprender a convivir, a saber renunciar a cosas, a pedir perdón, a actuar con generosidad y a la forma de comportamiento que debe tener con los demás. En la familia uno sabe que siempre va a ser acogido y comprendido, aunque haya diferencias entre los miembros. La unidad no es uniformidad, pero marca este sentido de acogida, cuando el amor impera en la comunidad; se pueden dar diferencias de criterio, pero nunca acritud en sus manifestaciones. Aprendemos desde los más tiernos años lo que significa acoger con amor las diferencias de opinión y concepción de las cosas. El amor, como nos recuerda San Pablo: “lo justifica todo, lo comprende todo; es paciente y amable…”, en definitiva cuando el amor está presente en nuestras relaciones no hay nada que nos separe, todo encuentra su camino en esa unidad en la que estamos inmersos, aunque haya diferencias de visión. Las diferencias cuando se acogen con este espíritu son enriquecedoras para la convivencia.

La familia debe de ser la matriz gestora de estas sanas experiencias de vida. Cuando un niño/a vive esta forma de ser, traslada ese espíritu que ha sido el caldo de cultivo de su ser social a la comunidad en la que desarrolla su actividad, alargando sus formas de comportamiento al colegio, a la universidad, al mundo laboral y a sus relaciones sociales y comunitarias en general. ¿Queremos promover una sociedad más justa y más solidaria? Promovamos una familia en la que se vivan los principios cristianos, que sea verdaderamente lugar de encuentro y acogida y lo demás se nos dará por añadidura.

Autor:P. Saturnino García - Capellán UTPL Quito.