Mensaje a los matrimonios

Autor: Elizabeth Matute - Secretaria Ejecutiva Ilfam el Mié, 06/04/2022 - 11:07

El pasado 26 de diciembre, el Papa Francisco dirigió a los esposos un mensaje de alegría y esperanza ante los tiempos difíciles de la pandemia. Lo hizo a propósito de la festividad de la Sagrada Familia y en el contexto del año “Familia Amoris Laetitia”, que inició el 29 de marzo de 2021 y que concluirá este 26 de junio con el X Encuentro Mundial de la Familia en Roma.

Entre los temas analizados por el Santo Padre, a continuación, les comparto las siguientes reflexiones:

Los hijos son un regalo

Los hijos cambian la historia de la familia, afirma el pontífice, y “están sedientos de amor, reconocimiento, estima y confianza”. Invita a los padres, con base en el don que poseen de la paternidad y la maternidad, a transmitir la experiencia del amor de Dios a sus hijos. Así podrán acrecentar la fe y la capacidad de confiar en un padre que los ha amado tiernamente desde el primer instante de sus vidas.

Educar a los hijos no es nada fácil

Nos recuerda que el primer ámbito de educación es la familia, y que “educar, es ante todo acompañar los procesos de crecimiento, es estar presentes de muchas maneras, de tal modo que los hijos puedan contar con sus padres en todo momento”.

Resalta la importancia de los gestos, más que las palabras en medio de la convivencia familiar, e invita a los padres a relacionarse con sus hijos cotidianamente, en base a una autoridad ganada día tras día.

Los hijos necesitan de la seguridad que la presencia de los padres les proporciona, necesitan saber que están con ellos “pase lo que pase”.

Misión de transformar la sociedad

Resalta la necesidad de la presencia de los matrimonios y las familias en la Iglesia y en la sociedad. “Ustedes tienen la misión de transformar la sociedad con su presencia en el mundo del trabajo y hacer que se tengan en cuenta las necesidades de las familias”.

Se hace mención también a la experiencia que ha implicado este tiempo de pandemia para todas las familias, con sus dificultades y oportunidades, alegrías y tristezas, fortalecimientos y rupturas, destacando al mismo tiempo, el valor del perdón que sana toda herida.

Finalmente, nos hace una invitación: “Vivan intensamente su vocación. No dejen que un semblante triste transforme sus rostros. Su cónyuge necesita de su sonrisa. Sus hijos necesitan de sus miradas que los alienten. Los pastores y las otras familias necesitan de su presencia y alegría: ¡la alegría que viene del Señor!”.

Les invito a leer el documento completo, a invertir unos minutos de su tiempo para reflexionar acerca de la riqueza enorme que posee cada una de las familias y que el Papa Francisco pone de manifiesto, junto a su deseo de acompañar siempre a las familias en su vida cotidiana.