Vitamina 8 "Amoris Laetitia" - Los hijos un misterio de la creación
Autor: Mariana Buele Maldonado - Docente de Ciencias de la Educación. el Mié, 06/04/2022 - 10:49
Capítulo cinco: El amor que se vuelve fecundo
Acoger una nueva vida (166) (167)
166. “La familia es el ámbito no solo de la generación sino de la acogida de la vida que llega como regalo de Dios (…) El don de un nuevo hijo, que el Señor confía a papá y mamá, comienza con la acogida, prosigue con la custodia a lo largo de la vida terrera y tiene como destino final el gozo de la vida eterna…”.
167. “Las familias numerosas son una alegría para la iglesia. En ellas, el amor expresa su fecundidad generosa…”
Cuando se declara en Amoris Laetita (166) que “cada nueva vida nos permite descubrir la dimensión más gratuita que jamás deja de sorprendernos”, estamos afirmando que los hijos son los que dan sentido a la familia y al hogar, al ser creación y resultado del amor, y ser el testimonio de la perfección de Dios, en cuanto a su generación de vida perfecta y plena.
Al explicar este misterio, rememoramos la vivencia que todos los padres hemos sentido al recibir la noticia de “van a tener un hijo”, esa experiencia de descubrir ese algo que no se conocía previamente y que solo se explica desde el misterio de Dios, en la forma en la que se digna revelarse para que podamos conocerlo, esa revelación es su Hijo Jesús.
Somos hechos a imagen y semejanza de Dios, por tanto, compartimos, vivenciamos y proclamamos ese maravilloso misterio de ser padres. Desde el inicio de esta gran responsabilidad, siempre debemos esforzarnos por crear un clima en donde el amor y la ternura sean el elemento clave que favorezca su desarrollo y, sobre todo, formarles en la fe, que nos mueve a creer y a tener la esperanza de una vida eterna con sentido de trascendencia. Debemos procurar brindarles un ambiente de armonía, donde los hijos perciban y tengan conciencia plena de haber sido amados antes de que lleguen, y que con su nacimiento surge todo ese compromiso de la pareja para ser padres, para formar “personas buenas” desde la vivencia de los valores que nos hacen seres humanos.
El Papa Francisco en Amoris Laetita (167) expresa: “las familias numerosas son una alegría para la iglesia”, y lo resalta sosteniendo que los hijos son un testimonio de la vivencia del amor de sus padres, pero a la vez, insiste en la facultad que tienen los esposos para decidir con sabiduría y guiados por la luz del Evangelio, para que los hijos que traen al mundo sean cuidados con gran responsabilidad y mucho afecto, es decir, todo lo que un niño necesita para su sano desarrollo.
Sólo podemos dar gracias al Padre, por habernos dado a esos seres que tanto amamos y por el privilegio de traer una vida al mundo.
Reflexionemos:
- Leer, reflexionar y comentar en familia sobre que: “es la belleza de ser amados antes de que los hijos lleguen”
- ¿Cómo se recibió la noticia de la llegada de cada uno de los hijos?
- ¿Estamos conscientes de la gracia que se nos ha concedido al permitirnos ser padres?