Continuamente usamos la palabra “rol” para referirnos a la función que alguien o algo desempeña. Dentro del ámbito familiar no será la excepción, a cada integrante del núcleo familiar se le atribuye ciertas funciones y/o responsabilidades propias de su naturaleza, por ejemplo, las funciones del rol materno y paterno son diferentes con respecto al de un hijo o hija; sin embargo, necesitan el uno del otro para existir, complementarse e impactar en la dinámica familiar.

Conocer sobre estos temas nos hace más conscientes del papel que estamos desempeñando en nuestra familia, más aún, cuando al pasar del tiempo ciertos roles se han ido desfigurando y confundiendo, consecuentemente, cada uno hace lo que supone que debe hacer, o lo que a su vez, aprendió en su familia. Por otro lado, nos hemos de fijar en el rol de los demás, puesto que todos tenemos expectativas tácitas o expresas de la posición del otro.

En la estructura familiar, encontramos los roles: conyugal, parental, filial y fraternal, evidentemente, todos tenemos nociones de lo que significa cada uno, debido a nuestra experiencia personal; no obstante, describiremos brevemente a cada uno:

El rol conyugal lo desempeña la pareja, implica el compartir espacios en los que no intervienen los hijos, este rol es como las columnas de una construcción: “fundamental”, puesto que del vínculo afectivo de la pareja dependen o sostienen la estabilidad del hogar, además, favorece a que los demás roles funcionen en armonía, ya que de la mano de este rol, se definen asuntos importantes para la familia como: la educación, valores, planes, tareas, etc.

Rol parental, este rol se traduce en las funciones del papá y la mamá, su responsabilidad es el cuidado de los hijos con respecto a su manutención, salud, educación, valores, entre otros. El rol del padre es de jefe de hogar, proveedor, figura de autoridad en la familia. El rol de la mamá es más afectivo, promueve la confianza y equilibrio emocional en la familia, así como también en algunas familias, es jefa de hogar y proveedora.

El rol fraternal, se da entre los hijos, es decir entre hermanos y hermanas, experimentan la complicidad y el apoyo mutuo, se aprende a vivir valores como la generosidad, alteridad.

Finalmente, el rol filial, lo desempeñan los hijos e hijas, frente a los padres, este implica ese sentirse hijo/a de…, implica el crecimiento de un vínculo afectivo irremplazable y único, en el que se ejercen acciones de obediencia, respeto y amor.

Un aspecto saludable, dentro de la convivencia familiar, es comunicar explícitamente las normas de conducta de cada uno, así se evitan ambigüedades o invasión del rol del otro. Pensemos en un hecho cotidiano familiar como una discusión o mal entendido entre hermanos, al haber un hermano mayor, y de no tener claro su rol dentro del hogar, éste irá pretendiendo corregir a sus hermanos, cuando esa función corresponde al rol parental, mientras que, en el mismo caso, teniendo los roles en claro, el hermano mayor irá por uno de sus padres para que éste resuelva la situación. Conocer qué se espera de cada uno dentro del hogar, además de establecer límites, provee a sus miembros, seguridad, fortalece el sentido de identidad y cada vez se asume los deberes y derechos y se va experimentando que las decisiones de cada uno tienen un impacto en los demás miembros de la familia.

¿Realmente es posible que cada uno asuma su rol? La familia tiene algo que la diferencia de los demás roles que tenemos en la sociedad, y es que el motor de la familia es el amor, el amor representado en actos concretos, actos llenos de renuncias y complacencias, alegrías y dolor, pero todo bajo el paraguas del amor, esto es posible, y los padres estamos llamados a sembrar en nuestros hijos ese sentido de generosidad y ayudarles a madurar, acorde a su edad y cristalizar todo esto con sus acciones y decisiones, sin duda esto hará de la experiencia familiar, la mejor.