Maestro y discípulo

Reunión

Autor: Msc. Rómulo López - Presidente CONFEDEC el Lun, 04/04/2022 - 11:46

Hace poco tuve la oportunidad de leer el libro A la Escucha del Maestro del padre Mario Peressón Tonelli SDB, un extraordinario educador e investigador de la Pedagogía de Jesús, quien nos dejó un maravilloso estudio sobre las enseñanzas del Maestro. Con fundamentos sobre su obra, les ofrezco esta síntesis que nos abre un camino a beber de la fuente de “Jesús Maestro”: los educadores, imitándolo a Él, pretendemos ser sus discípulos.

Jesús mismo, para realizar su misión evangelizadora, escogió un camino y una mediación fundamental: la educación. Desde el comienzo de su misión se hizo y fue reconocido como “Maestro” carismático, poseído por el Espíritu, que enseñaba una “doctrina nueva y lo hacía con autoridad” (Mc 1,27), creando, con quienes lo escuchaban y querían seguirlo, una relación educativa que los convertía en discípulos suyos.

En los evangelios, el verbo enseñar aparece unas 100 veces, refiriéndose generalmente a la actividad realizada por Jesús. Igualmente el sustantivo maestro se halla en numerosas ocasiones (unas 60), la mayor parte de ellas aplicado a Jesús. Correlativo de maestro está el sustantivo discípulo, otorgado a los seguidores de Jesús que tienen una relación específica con el Maestro. La misión evangelizadora de Jesús implicaba una tarea educativa, formar personas nuevas según su ejemplo suyo, comprometidas con la causa de la justicia, la solidaridad y la paz. La misión evangelizadora de Jesús hacía surgir el discipulado y el seguimiento.

Para entender el papel de la educación en la formación de la persona y para la construcción de la sociedad, debemos comprender cuál es su significado y la función que está llamada a cumplir. Con el ejemplo de Jesús realizamos operativamente su misión al servicio del Reino —en y a través— de la acción educativa, mediante cuatro rasgos fundamentales y dimensiones llevadas a cabo por Jesús:

  1.  Una comunidad educativa servidora de la comunidad.
  2.  Una comunidad educativa en comunión fraterna.
  3.  Una comunidad educativa profética que anuncia, ilumina e interpela y da testimonio de vida.
  4.  Una comunidad educativa que celebra la Pascua de Cristo en la vida y en la historia.

De acuerdo con el ejemplo del Maestro identificamos y nos inspiramos en los principios fundamentales de su pedagogía:

  • Un maestro que centra en la dignidad de la persona de su discípulo como valor absoluto . “El sábado es para el hombre y no el hombre para el sábado” (Mc 2,27).
  • Un maestro apasionado por la vida y que lucha contra todas las fuerzas generadoras de la muerte. “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). Somos maestros que amamos la vida, la admiramos, agradecemos por ella, la respetamos, la protegemos, la cuidamos y, además, entregamos la vida. Educamos en el valor de la vida y celebramos la vida.
  • Un maestro que hace de la educación una práctica de libertad. “Si permanecen fieles a mi palabra, ustedes serán verdaderamente mis discípulos. Así conocerán la verdad que los hará libres” (Jn 8,31).
  • Un maestro que vive la pedagogía del amor. “Les doy un mandamiento nuevo: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado…” (Jn 13,34).
  • Un maestro que vive la pedagogía de la praxis-servicio: Educar por y para la práctica. “Ya les dije con toda claridad y no me han creído. Las obras que yo hago por encargo de mi Padre dan testimonio de mí…” (Jn 10,25).

Jesús nos renueva hoy su mandato: “Les he dado ejemplo, para que hagan lo mismo que hoy he hecho con ustedes” (Jn 13,15).

Nuestra acción educadora como maestros que seguimos los ejemplos del Maestro debe propiciar que nuestros estudiantes sean discípulos para que den testimonio en su vida.