Navidad, el regalo de la vida
Autor: P. José María Sierra / Capellán UTPL. el Jue, 08/12/2022 - 11:40
Se acercan los días de Navidad con el recuerdo entrañable del nacimiento del Niño Jesús, nuestro hermano y redentor. En este año, para celebrar este gran acontecimiento nuestra universidad ha elegido el lema: Navidad, el regalo de la vida.
El regalo de la vida que Cristo nos trae con su encarnación y que abre nuestro espíritu a la realidad sobrenatural que es el mundo espiritual, presidido por las Personas Divinas; y, el regalo de la vida que se manifiesta en el nacimiento de cada hijo en el seno de la familia.
La familia es desde siempre la célula más importante y fundamental de la sociedad. Donde se inicia el desarrollo de la vida del niño y donde aprende los valores necesarios para su mejor inserción futura en la sociedad. Muchos son los intentos actuales de atacar a la familia para poder adoctrinar a los niños y jóvenes en los valores del relativismo moral, siguiendo las ideologías imperantes. Por eso, es necesario volver la mirada a la familia de Nazaret, la Sagrada Familia, y recordar el trato amoroso y la entrega mutua para el bien de todos.
En este sentido, la Navidad nos recuerda que la vida merece ser vivida con ilusión y alegría, virtudes que hacen más fácil y entrañable la convivencia familiar y disipan las dificultades normales que surgen en el día a día.
Hemos entrado en el período de Adviento, el tiempo de preparación para la llegada de Jesús, disponiendo nuestros corazones a su encuentro y haciendo en nuestro interior este pesebre espiritual donde pueda nacer arropado por nuestro amor. Estas semanas de Adviento están marcadas por una virtud: la esperanza. Una espera esperanzada, en la seguridad de que Cristo nos trae una vida nueva, un camino espiritual que conforta nuestro corazón, y da sentido y razón de ser a cada una de nuestras actividades cotidianas.
Este regalo de la vida es el que celebramos en la Navidad, ocasión propicia para que no nos dejemos desanimar por las dificultades y encontremos la felicidad interior y plenitud a la que nos invita el Niño Jesús.
El Papa Francisco en una de sus alocuciones resaltaba el valor de la familia cristiana con estas palabras: “si tienes donde ir, ya tienes un hogar, si tienes personas a quien amar, tienes una familia, y si tienes ambas, tienes una bendición”. Esta es la bendición que la Navidad nos recuerda cada año, bendición del entorno familiar donde expresamos nuestros mejores sentimientos de amor y entrega a los demás para hacer realidad el sueño de Jesús de construir una sociedad más justa basada en los cimientos de la caridad, donde el otro es más importante que uno mismo y la prioridad es hacer el bien.
Que la Navidad sea el preludio de un año nuevo en el que la paz y el amor reinen sobre la vida de todos nosotros y las familias sigan creciendo en el vínculo de la caridad.