Existen una infinidad de rituales familiares, pero uno muy importante y sencillo de adoptar es el comer en familia. La riqueza vivida en el interior de la familia al sentarse todos alrededor de una mesa es de vital importancia para nuestros hijos, son momentos que quedarán grabados en sus corazones, perdurarán a lo largo de sus vidas y se proyectarán en sus acciones.

Las comidas son ocasiones naturales para que nuestros hijos asimilen la historia y los valores de la familia, así contarán con herramientas útiles que les ayudarán a futuro frente a problemas u oportunidades a las que se enfrenten, sobre todo en etapas como la adolescencia. Muchos de estos valores pueden convertirse en virtudes, alrededor de la mesa, por ejemplo: estar atento a las necesidades de los demás, levantar el ánimo del otro al contar una anécdota divertida, generosidad para ceder la mejor porción de postre, e incluso aprender a servir a los demás y cuidar de sí mismos a través de la colaboración en la preparación de la comida o en el arreglo de la cocina.

Todas estas actividades mencionadas, además de tener un impacto positivo en la salud de la familia y sus vínculos, tienen impacto en la salud física y mental de sus miembros.

Estos son algunos de los beneficios de comer en familia:

1. Promover hábitos dietéticos saludables
2. Enriquecer el vocabulario de los preescolares
3. Mejorar las relaciones de los adolescentes con sus compañeros
4. Forjar el sentido de pertenencia a un grupo, contribuyendo a un mayor nivel de autoestima -especialmente importante en la etapa de la adolescencia-
5. Dar una mayor tolerancia a la adversidad
6. Reforzar la calidad de las relaciones paternofiliales: las comidas en familia proporcionan a los padres una ocasión de atender al bienestar emocional de sus hijos adolescentes
7. Mejorar la comunicación es clave para evitar conflictos
8. Generar seguridad en los hijos y arraigo familiar, pues comparten objetivos comunes

Por otro lado, con respecto a la salud física de los hijos, comer en familia es una gran oportunidad para enseñarles a:

• Consumir una dieta equilibrada y variada, incluyendo alimentos de los diferentes grupos: grasas, carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales
• Servirse raciones adecuadas para su edad y situación
• Realizar pausas para conversar, evitando así el comer demasiado o por impulso
• Privarse de consumir algo fuera de horario para tener apetito y disfrutar del momento de sentarse a la mesa en familia

De este modo, estaremos protegiendo a nuestros hijos de trastornos, comportamientos o problemas relacionados con la alimentación. Además, si se diera el caso de que ya padecen alguno de ellos, sentarse alrededor de una mesa será muy beneficioso para todo el proceso y tratamiento que conlleva.

Como podemos ver, los beneficios son muchos y, como se suele decir, la comida es uno de los grandes placeres de la vida, así que busquemos tiempo para disfrutar junto a nuestros seres queridos. ¡Su familia lo agradecerá!