Estamos iniciando un nuevo año y es oportuno plantearse crecer y ser mejores, eso no depende del tiempo ni del calendario, sino de cada uno, a quienes nos corresponde actuar, proponer, ejecutar y alcanzar. Es conveniente establecerse metas que pueden lograrse a corto, mediano y largo plazo, pero algo que sea alcanzable, esto no es como una camisa de fuerza que nos esclaviza, sino todo lo contrario, nos libera, nos predispone, nos reta a poner medios y talento. Para que nuestra vida sea ordenada, necesitamos de un programa o proyecto de vida en el que estén encuadradas todas nuestras actividades como parámetros o puntos de referencia por donde vamos a cruzar.

¿Qué es un proyecto de vida? El proyecto de vida personal es plantearse metas y objetivos, puede ser en lo referente a estudios, trabajo, familia, quehaceres, es decir, lo que se quiere conseguir; es como marcar el rumbo de la vida, seguir una dirección y así vivir y actuar con sentido. Esto tiene que ver con la planificación, que es poner ciertos lineamientos como parte de la organización donde entran también ciertas estrategias para poder conseguirlo.

¿Para qué me sirve este proyecto de vida? Para optimizar mejor el tiempo, para estar  programados, y esto con la finalidad de rendir más, pues a veces somos conscientes de que nos hace falta más eficacia, más entrega; por ello es importante un proyecto de vida para aprovechar los recursos y oportunidades que se van ofreciendo en el camino. Todo proyecto de vida incluye  objetivos, medios, estrategias, desafíos, tiempo, éxitos y fracasos. Para triunfar con un buen proyecto de vida hay que sacar provecho de todo esto, actuando con una actitud positiva, considerando que es una tarea laboriosa pero que nos traerá muchas satisfacciones.

¿Qué ámbitos debe incluir un proyecto de vida? Un proyecto de vida debe incluir todos los ámbitos de la existencia, porque el ser humano no es solo un ente que trabaja, estudia, socializa o se divierte, sino un Ser integral y unitario que se realiza es las distintas esferas:
física, nutricional, deportiva, familiar, de pareja, social, recreacional, educativa, laboral, cultural y espiritual.

Conclusiones: El tener la oportunidad de iniciar un nuevo año, es un hecho que hay que considerarlo como un regalo de Dios,  a la vez una tarea para vivir no solo con buenos deseos e intenciones, sino también con nuestro corazón, hay que vivir nuestra vida en lo que se nos ha encomendado, trabajando, estudiando, ayudando, enseñando y en lo posible convertir cada una de estas realidades en espacios transformadores y renovadores de nuestro espíritu. De esta manera hemos de ir aprendiendo una lección tras otra, y especialmente la gran lección de la vida que es la experiencia.