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Un día para las familias del mundo
Autor: Mauricio Echeverría Gálvez - Director Instituto de Estudios para la Familia Universidad San Sebastián, Chile el Mié, 13/04/2022 - 17:00
A partir de 1994, Año Internacional de la Familia, la Organización de las Naciones Unidas celebra todos los 15 de mayo el “Día Internacional de las Familias” (resolución 47/237 n° 15). Esto, porque con toda razón “las Naciones Unidas consideran que la familia constituye la unidad básica de la sociedad. En este contexto, el Día Internacional de las Familias nos da la oportunidad de reconocer, identificar y analizar cuestiones sociales, económicas y demográficas que afectan a su desarrollo y evolución” (ONU, Presentación del Día de la Familia, 2020). La propuesta del organismo internacional es que en este día se organicen diversas actividades “con el objetivo de fomentar y favorecer el mantenimiento y la mejora de la unidad familiar” (ibid.).
No cabe duda de que las singulares circunstancias vividas a causa de la pandemia del coronavirus han puesto de relieve el aporte esencial de todos los hogares para la Humanidad. Quienes han podido se han refugiado -física y psicológicamente- en su familia. El llamado principal en este tiempo ha sido “quédate en casa”. Y esta crisis sanitaria ha proporcionado también una gran oportunidad de trabajar por la unidad familiar, en condiciones, a veces en extremo difíciles. En particular, la educación de los hijos en el hogar ha significado un desafío tensionante y enriquecedor.
En esa línea, la intención principal de la ONU al establecer este día mundial fue “crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para los niños y las niñas y los jóvenes” (ibid.). Es decir, la función formativa de la familia posee un carácter relevante para esta celebración. En particular, este año 2020, el lema propuesto es “Las familias y la Acción por el clima”. Con ello, se pone “el foco de atención sobre las familias y las políticas familiares como elemento esencial para (…) mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana” (ibid.).
Sobre el aporte de la familia para la educación ambiental nos ha hablado con profundidad el Papa Francisco: “En el hogar también se pueden replantear los hábitos de consumo para cuidar juntos la casa común: La familia es el sujeto protagonista de una ecología integral, porque es el sujeto social primario, que contiene en su seno los dos principios-base de la civilización humana sobre la tierra: el principio de comunión y el principio de fecundidad” (Amoris laetitia 277). “En la familia se cultivan los primeros hábitos de amor y cuidado de la vida, como por ejemplo el uso correcto de las cosas, el orden y la limpieza, el respeto al ecosistema local y la protección de todos los seres creados” (Laudato si’ 213).
Recordemos, entonces, este día 15 de mayo, que cada familia está llamada a crecer como “comunidad de personas”, base para la fecundidad de una vida más humana. Aprovechemos de repensar un mundo post-pandemia, en el que eduquemos desde las familias para cuidar juntos la casa común.