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Cuidando de los que cuidan a personas mayores

Autor: Mgtr. María Aranzazu Cisneros - Docente de la Sección Departamental de Psicología UTPL el Mié, 13/04/2022 - 16:48

En los últimos años hemos sido testigos de un gran cambio en cuanto a los derechos de las personas en situación de dependencia. Esto ha implicado una mejora en su atención en distintos niveles, y , de igual manera, dentro de este grupo se ha considerado a los adultos mayores que, ya sea por su estado físico o cognitivo, han llegado a requerir la ayuda y cuidado de terceras personas, por lo general, de un familiar. A estas últimas se las considera dentro del grupo de cuidadores informales, debido a que no tienen una remuneración económica, y que, no necesariamente cuentan con la cualificación adecuada para el cuidado de adultos mayores, lo que puede llegar a tener repercusiones de sobrecarga y estrés en ellas (Yarce, Coral, Lagos y López, 2015).  

Según los datos compilados por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO, 2011), el perfil de los cuidadores de adultos mayores se considera principalmente de género femenino, quien suele ser hija o cónyuge, de 45 a 55 años de edad aproximadamente, con trabajo a medio tiempo. Esto no implica que el género masculino no participe de las actividades de cuidado, aunque se encuentra en una menor proporción.

Sin importar el perfil del cuidador, es necesario resaltar que, si bien estamos hablando de un cuidado informal, no quiere decir que el cuidado sea negligente, sino más bien que, quizá, los esfuerzos que se requieren en el día a día sobrepasan la capacidad del cuidador al tratar de compensar o sobrellevar ciertas circunstancias que se presentan durante el cuidado del adulto mayor.

Estas circunstancias se han agravado por la situación actual de confinamiento en la que nos encontramos. El acceso a las diversas necesidades del adulto mayor dependiente se ha vuelto más complejo, incluyendo el hecho de que varios cuidadores se apoyaban al compartir el cuidado con centros de día o con otros familiares, pero la amenaza de contagio por COVID-19 llevó a varias familias a considerar que el adulto mayor debería quedarse en el hogar junto a su cuidador principal. Esto ha generado un cambio drástico en la rutina del cuidador, que de por sí suele tener una dinámica compleja.

Dado que es importante mantener la salud fìsica y mental del cuidador, se pueden mencionar estrategias útiles encaminadas a apoyar esta gestión y, consecuentemente, beneficiar la calidad de vida del adulto mayor.

Una de las pautas que el cuidador debe tener en mente es que, al reconocerse como principal cuidador del adulto mayor, debe dar prioridad a la salud propia; ya que esto garantizará que cuente con las facultades físicas para desempeñar este rol. Asimismo, es recomendable mantener una red de apoyo social compuesta por familia y amigos, con la intención de establecer líneas de comunicación permanentes, lo que mejorará las relaciones sociales y le permitirá solicitar ayuda oportuna en el momento en que se requiera (Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, 2013). Otro aspecto importante a considerar es el equilibrar las necesidades de cuidado con los recursos con los que se cuenta y con la ayuda que se puede recibir del entorno; si bien no siempre se lo puede hacer, es algo que se debe procurar para no llegar a la sobrecarga.

Finalmente, es altamente recomendable reconocer y valorar cada esfuerzo que se hace en el día a día como cuidador de un adulto mayor, y permitirse la gratificación que esta misión conlleva, lo cual evitará pensamientos de culpa o tristeza que se puedan presentar, ya que asumir esta tarea conlleva una gran implicación emocional. Es bueno mencionar también, la alegría profunda que implica ser útil a quien lo necesita.

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  Fuente: SEGG, 2013. Adaptado de Cisneros, 2020.

Referencias:

  • Instituto de Mayores y Servicios Sociales. (2011) El libro blanco del Envejecimiento Activo. Madrid: Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, Secretaría General de Política Social y Consumo, e Instituto de Mayores y Servicios Sociales.
  • Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. (2013) Manual de Habilidades para Cuidadores Familiares de Personas Mayores Dependientes. Madrid: International Marketing & Communication S.A.
  • Yarce, E., Coral, J., Lagos, G. y López, K. (2015). El cuidador informal del adulto mayor de la ciudad de Pasto. Revista Criterios, 22(1), 307-316.