Recursos Digitales / Familia y Tecnología

Hijos, padres digitales

Parece claro que la tecnología ha pasado a ocupar el puesto de privilegio en el entorno de los niños y adolescentes del momento actual, y como lo afirma Loscertales (2006), los medios de comunicación han entrado de lleno y se han acomodado en nuestras casas como un integrante más de la familia; de ello surge la gran pregunta: ¿sabemos darles un lugar adecuado y sacar de ellos el mejor provecho?, porque sin duda la realidad actual nos mueve a pensar que a “hijos digitales” se requiere “padres digitales”, rompiendo el mito como lo mencionaba ya desde hace casi cuatro décadas Mead (1980): padres e hijos deben crear culturas pre y post figurativas (en donde los jóvenes aprenden de los viejos y los viejos aprenden de los jóvenes) insistiendo en que si no existe tal dualismo, no sólo se reforzará la discordia sino que se dificultará el entendimiento entre estos, haciendo que el sitio que hace poco fue ocupado por el diálogo y la comunicación familiar, hoy parezca estar reservado para la tecnología.

Los niños y adolescentes prueban los avances tecnológicos y ven las nuevas tecnologías de la información como un reto a descubrir y dominar; en el caso de los adultos esta concepción es distinta, en algunas ocasiones implica rechazo. Sádaba (1997), ante este hecho invita a las instituciones a abrir los diferentes contextos educativos para que los padres puedan entrar y de esta forma ser educados para el conocimiento y uso de las TIC, ya que así estaremos contribuyendo a la formación de sus hijos y a su propia formación como usuarios de una sociedad digital que conlleva una alfabetización digital.

Bringué (2000), propone convertir a las TIC como generadoras de conocimiento y aprendizaje, para ello es fundamental que los padres especialmente se involucren en las actividades online de sus hijos, a fin de compartir y supervisar los contenidos siendo guías para el buen uso y este entorno constituya un espacio enriquecedor y de calidad. Además del aprendizaje tecnológico, el tiempo en recursos digitales puede incrementar el vocabulario, el conocimiento literario y matemático, el desarrollo cultural y científico, el trabajo en equipo y la empatía. Pero los límites de tiempo en dispositivos y de contenido, deberían ser aplicados bajo una perspectiva de aprendizaje y crecimiento emocional dependiendo de la edad de cada hijo.

Finalmente, como lo anuncia el Papa Francisco: “no basta pasar por las calles digitales, es decir, simplemente estar conectados; es necesario que la conexión vaya acompañada de un verdadero encuentro. No podemos vivir solos, encerrados en nosotros mismos. Necesitamos amar y ser amados. Necesitamos ternura”.

Autor:Miury Placencia - Coordinadora ILFAM - LOJA