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Vivir el misterio en tiempos de COVID-19

La pandemia del COVID-19 ha puesto a prueba no solo al sistema sanitario sino también al sistema de valores de la sociedad. Como toda crisis, provoca desorganización, pone en riesgo el adecuado manejo de las emociones y de los principios, y es causa del sufrimiento de miles de personas. Uno de los principales motivos de este desasosiego radica en que la infección provocada por el coronavirus ha colocado al ser humano muy próximo a la muerte.

Si bien apenas el 5% de la población requiere ser ingresada en una unidad de cuidados Intensivos (UCI), el 60% de estos pacientes muere. Es decir que la posibilidad de que la enfermedad evolucione hacia situaciones límite es una realidad.

Algunas personas morirán en sus hogares, varias en hospitales, otras en residencias de adultos mayores y otras más en prisión, muchas veces porque la enfermedad no les dio tiempo a llegar a una casa de salud o porque el sistema está desbordado y no lo escuchó oportunamente. Cualquiera que sea el motivo, el desenlace será siempre el sufrimiento.  

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda encarecidamente que toda institución que atienda a pacientes con COVID-19 cuente con un equipo de Cuidados Paliativos. Este se encargará del abordaje integral del paciente en una familia y en una sociedad. Asimismo considerará los aspectos somáticos, psicológicos y también espirituales, cuya importancia es relevante al final de la vida.

Por desgracia, en el contexto de la pandemia por coronavirus el paciente infectado ha cedido su centralidad a la comunidad. La atención ha dejado de apuntar hacia la persona enferma para trasladarse al bien común. Es por eso que el enfermo ha sido aislado y distanciado, lo cual señala más su vulnerabilidad y lo expone al sufrimiento causado por el miedo, la tristeza y la soledad.

En estas circunstancias el paciente se siente impotente para resolver interrogantes como la pérdida de su papel en la sociedad, la falta de futuro, la amenaza inminente de destrucción de su corporalidad y la escasez de recursos para enfrentar este ataque.

Estudios indican que los pacientes desean que su médico o el personal sanitario le pregunte sobre su espiritualidad, sin embargo, muchos se muestran esquivos ante estos temas (Balboni, Puchalski, y Peteet, 2014) (Puchalski, Dorff, y Hendi, 2004). Las razones que aducen los médicos radican en la falta de tiempo, carencia de conocimiento y temor para abordar asuntos incómodos, además de no considerarlos como parte de sus funciones (Salas V. y Taboada R., 2019).  Estas justificaciones impiden que el profesional de la salud perciba que acompañar a la persona en esos momentos y rendirse a la plenitud de cada aspecto de esa experiencia es un auténtico privilegio.

No obstante, el sufrimiento causado por esta pandemia puede tornarse en una oportunidad para que la persona enferma se encuentre consigo misma y para que dé apertura al diálogo interior, cuyas interrogantes más frecuentes son: ¿por qué?, ¿por qué me pasa esto a mí?, ¿por qué no está aquí mi familia?... ¿por qué he de morir?

Como expresa Grygiel (Stanislaw, 2003), la experiencia de la muerte inminente dispone al enfermo a ver que aquello que consideraba de su propiedad no le pertenece, ni siquiera su propio cuerpo. Es en este instante donde surge la alteridad, aparece el otro, o el Otro, y la pregunta se transforma en aceptar aquello que no se puede cambiar. Abrirse al Misterio y soltar las seguridades es como el sufrimiento puede dar paso a la esperanza.

Prueba de ello es que muchos pacientes refieren que la espiritualidad les ayuda a dar significado a su enfermedad (Richardson, 2014), entendiéndose por espiritualidad la forma como “el individuo busca y expresa el significado, propósito y la forma en que experimenta su conexión con el momento, consigo mismo, con los demás, con la naturaleza, con lo significativo o sagrado” (National Consensus Project for Quality Palliative Care, 2018: pp. 65).

De lo expuesto se desprende que el cuidado espiritual es un elemento sustancial y desempeña un papel crucial no solo para los pacientes sino también para sus familiares. De ahí la importancia de que la familia y los allegados al paciente integren las conversaciones con el equipo de salud.

Una comunicación honesta, la escucha activa y el diálogo, más allá de que se realice tras un equipo de protección personal o por vía telefónica o virtual, ayudará a las personas a resolver cuestiones existenciales y a encontrar la paz en el final de la vida. La presencia del otro/Otro allanará el proceso y ayudará al enfermo a elegir vivir ese misterio. 

La atención al final de la vida bajo la filosofía de los Cuidados Paliativos contribuirá a brindar una mejor calidad asistencial y un entorno más humano y compasivo al proceso de morir.

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Fuente: Comisión de Espiritualidad y Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos (ALCP), 2019

Bibliografía:

  • Balboni, M. J., Puchalski, C. M., y Peteet, J. R. (2014). The relationship between medicine, spirituality and religion: three models for integration. Journal of Religion and Health53(5), 1586–1598. Recuperado de https://doi.org/10.1007/s10943-014-9901-8
  • National Consensus Project for Quality Palliative Care. Clinical Practice Guidelines for Quality Palliative Care, 4th edition. Richmond, VA: National Coalition for Hospice and Palliative Care; 2018. Recuperado de https://www. nationalcoalitionhpc.org/ncp
  • Puchalski, C. M., Dorff, R. E., y Hendi, I. Y. (2004). Spirituality, religion, and healing in palliative care. Clinics in Geriatric Medicine20(4), 689–714. Recuperado de https://doi.org/10.1016/j.cger.2004.07.004)
  • Richardson, P. (2014). Spirituality, religion and palliative care. Annals of Palliative Medicine3(3), 150–159. Recuperado de https://doi.org/10.3978/j.issn.2224-5820.2014.07.05
  • Salas V., C., y Taboada R., P. (2019). Espiritualidad en medicina: análisis de la justificación ética en Puchalski. Revista Médica de Chile147(9), 1199–1205. Recuperado de https://doi.org/10.4067/s0034-98872019000901199
  • WHO. (n.d.). Clinical management of COVID 19. (WHO Global, Ed.). Geneva: World Health Organization; 2020. Recuperado de https://www.who.int/publications-detail/clinical-management-of-covid-19

Autor:Viviana Dávalos Batallas - Resp. Sec. Deptal. Sociohumanistica, Salud Publica y Gestión en Salud